Cómo entender la adicción: la forma en que la adicción se apropia cerebro

La adicción puede ser muy difícil de superar porque cambia su cerebro y su motivación para dejarla. Pero comprender las causas de su adicción puede ayudarle a romperla.

Fuente: helpguide.org

La adicción implica el deseo intenso de algo, la pérdida de control sobre su uso y continuar con ello a pesar de las consecuencias adversas. La adicción cambia el cerebro, primero al desvirtuar la forma en que registra el placer y luego al corromper otros impulsos normales, como el aprendizaje y la motivación. Aunque romper una adicción es difícil, sí se puede lograr.

¿Qué causa la adicción?

La palabra “adicción” se deriva de un término latino para “esclavizado por” o “atado a”. Cualquiera que haya luchado para superar una adicción, o haya tratado de ayudar a otra persona a hacerlo, entiende por qué.

La adicción ejerce una influencia prolongada y poderosa en el cerebro que se manifiesta de tres maneras distintas: deseo intenso por el objeto de la adicción, pérdida de control sobre su uso y continuar con su uso, a pesar de las consecuencias adversas.

Durante muchos años, los expertos creyeron que solo el alcohol y las drogas poderosas podían causar adicción. Sin embargo, las tecnologías de neuroimagen y las investigaciones más recientes han demostrado que ciertas actividades placenteras, como el juego, las compras y el sexo, también pueden apropiarse del cerebro.

Aunque el manual de diagnóstico estándar de EE. UU., el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, Fourth Edition o DSM-IV (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, cuarta edición o DSM-IV), describe múltiples adicciones, cada una vinculada a una sustancia o actividad específica, está surgiendo un consenso de que estas pueden representar múltiples expresiones de un proceso cerebral subyacente común.

Principio del placer

El cerebro registra todos los placeres de la misma manera, ya sea que se originen con una droga psicoactiva, una recompensa monetaria, un encuentro sexual o una comida gratificante. En el cerebro, el placer tiene una firma distintiva: la liberación del neurotransmisor dopamina en el núcleo accumbens, un grupo de células nerviosas situado bajo la corteza cerebral (ver ilustración). La liberación de dopamina en el núcleo accumbens está tan ligada al placer, que los neurocientíficos denominan a esta región el centro del placer del cerebro.

Todas las drogas de abuso, desde la nicotina hasta la heroína, provocan un aumento particularmente poderoso de dopamina en el núcleo accumbens. La probabilidad de que el uso de una droga o la participación en una actividad gratificante conduzca a la adicción está directamente relacionada con la velocidad con la que promueve la liberación de dopamina, la intensidad de esa liberación y la fiabilidad de esa liberación.

Incluso tomar la misma droga a través de distintos métodos de administración puede influir en la probabilidad de que provoque adicción. Fumar una droga o inyectarla por vía intravenosa, en lugar de tragarla como una píldora, por ejemplo, generalmente produce una señal de dopamina más rápida y más fuerte, y es más probable que conduzca al uso indebido de la droga.

Centro de recompensa del cerebro

Las drogas adictivas proporcionan un acceso directo al sistema de recompensa del cerebro al llenar el núcleo accumbens con dopamina. El hipocampo establece recuerdos de esta rápida sensación de satisfacción y la amígdala crea una respuesta condicionada a ciertos estímulos.

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