
Un nuevo estudio del Servicio Nacional para la Prevención y Rehabilitación del Consumo de Drogas y Alcohol (Senda) mostró cambios en los hábitos de consumo de alcohol y drogas de estudiantes universitarios del país.
El sondeo «Tercer Estudio de Drogas en Educación Superior», aplicado en línea a 28.362 estudiantes de 66 instituciones de educación superior del país entre mayo y julio de este año, dio cuenta de una baja en el consumo de alcohol y marihuana, pero alertó del alza de uso de fármacos comercializados sin receta.
Del total de encuestados, el 42,3% declaró haber consumido bebidas alcohólicas durante el último mes, un porcentaje menor al declarado en 2021, cuando la cifra alcanzó el 60,8%. Es decir, disminuyó en 18,5 puntos porcentuales.
Entre quienes han consumido alcohol en el último mes, un 60,9% declara haberse embriagado en al menos una ocasión, versus un 62,9% en 2021.
Una situación similar ocurrió con la cannabis: el 23% de los encuestados afirmó haberla consumido durante el último año, cifra que el 2021 llegaba a 31,6%, disminuyendo en 8,6%.
Sobre la prevalencia de consumo de marihuana durante el último mes, la declaración llega a 14%. Del total de la población universitaria, 6,4% la utilizó entre 1 y 5 días, 1% entre 6 y 9 días y 6,6% en 10 o más días durante ese período.
La directora nacional del Senda, Natalia Riffo, mencionó que «una de las principales conclusiones son los patrones de consumo en ambas sustancias. Menos estudiantes están consumiendo, pero quienes lo hacen tienden a hacerlo con mayor intensidad».
«Estos patrones no necesariamente implican un consumo problemático, pero sí son señales de riesgo que deben abordarse desde la prevención», enfatizó Riffo.
En tanto, el uso de drogas sintéticas también presentó una disminución relativa con respecto a 2021, pasando de 3,3% a 0,8%. De acuerdo al estudio, el consumo de éxtasis o MDMA bajó de 2,9% a 2,7%, mientras que el de tusi y/o ketamina fue de 2,8% a 2,2%.
Fármacos sin receta al alza
«Otro dato también que nos parece una señal de alerta es el uso tranquilizante sin receta médica reportado por 5,7% de los estudiantes», afirmó Riffo.
De acuerdo al sondeo, el uso de tranquilizantes pasó de 4,5%, en 2021 al 5,7% en 2025, mientras que los estimulantes y los analgésicos se mantuvieron estables, pasando de 1,6% a 1,7% y de 3,9% a 3,3%, respectivamente.
A juicio de la directora nacional, este fenómeno se puede explicar «por una forma de afrontamiento ante la presión académica o también dificultades de salud mental».
Riffo subrayó que «nuestra tarea es acompañar a las instituciones para generar entornos protectores, capacitar equipos y promover una cultura de cuidado. La prevención debe estar integrada en la vida universitaria».
En ese sentido, detalló que Senda ha impulsado una serie de medidas para fortalecer la prevención en el ámbito universitario, como Orientaciones Técnicas para la Implementación de un Modelo Preventivo elaboradas junto al Consorcio de Universidades del Estado de Chile (CUECH); un Protocolo para la Prevención del Consumo de Sustancias y Detección Temprana que es entregado a instituciones de educación superior; y la Academia Senda con cursos gratuitos sobre el tema orientados a la población joven.
